Nuestra tradición anglicana reconoce los sacramentos como “signos externos y visibles de una gracia interior y espiritual”
El Santo Bautismo
En las aguas del bautismo, Dios nos adopta amorosamente en la familia de Dios, a la que llamamos Iglesia, y se nos da la vida de Dios para compartirla y recordar que nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo.